Paracaídas de emergencia: la importancia de los plegados regulares

Paracaídas cuadrado recién revisado y plegado por los técnicos de VOLAR EN COMPAÑÍA. La garantía de contar con la máxima seguridad. FOTO: J.I.G./VeC

​El paracaídas de emergencia o "reserva" es una pieza fundamental del equipo de todo parapentista. Para que cumpla su función debe someterse a un mantenimiento periódico que no todos los usuarios realizan. Resulta imprescindible efectuarlo pero, por supuesto, hacerlo del modo correcto respetando las especificaciones del fabricante, entre otros parámetros. 

La elección de un tipo u otro de paracaídas en función de su peso, volumen empaquetado, tasa de caída y otras prestaciones y características es un tema controvertido. No es el objeto de este post, como tampoco lo es profundizar en la talla a escoger, otro asunto de vital importancia. La recomendación del empleo de un paracaídas que supere el 10% (nosotros sugerimos que se eleve hasta el 20-30% de la totalidad, a ser posible, y no solo se quede rondando ese 10%) del peso total admisible por el ala o, al menos, el 10% del peso total del conjunto (vela, arnés -con todos sus accesorios- y piloto -con todo su equipamiento) durante cualquier vuelo, no siempre se sigue. Y es algo que todo deportista debiera respetar pensando en su seguridad -si vuela en monoplaza- o la suya y la de su pasajero -si vuela en biplaza-.

En varios de nuestros cursos de Perfeccionamiento, Vuelo en Montaña, Reciclaje o Jornadas de Vuelo Guiado hemos constatado que algunos pilotos no conocen el estado, modelo o talla de su paracaídas. Algunos de los artículos extraídos de su contenedor no tenían etiquetas de identificación o/y rebasaban el período de vida útil recomendado por los fabricantes que, en su mayoría, se sitúa en un máximo de 10 años. Todo ello sin contar que, en varias ocasiones, los paracaídas no salían de su emplazamiento al realizar una simulación de extracción debido a... ¡una instalación incorrecta!

Aireado y plegado
La mayoría de modelos del mercado tienen que recibir una ventilación (aireado) y posterior plegado cada 6 meses. Algunos admiten -según sugerencia de sus fabricantes- un plazo de almacenamiento sin aireación y plegado de unos 12 meses como máximo (aunque recomiendan que la operación se realice entre los 6 y los 12), tiempo que debe ser el máximo de manera general para todos, sin ser excedido en ninguna circunstancia. 

Ciertos fabricantes establecen dos plazos distintos: uno de 6 meses para el aireado-plegado y otro de 12 o 24 meses para la realización de la misma operación con una revisión exhaustiva de todos los puntos del paracaídas. Realizar un aireado-plegado-revisión cada vez que se extraiga de su contenedor es lo ideal. Productores como la prestigiosa firma suiza High-Adventure extienden la vida útil de sus paracaídas dirigibles hasta los 14 años (algún otro fabricante aumenta este período hasta un máximo de 15) si se realiza la citada inspección anual -independientemente de los ciclos de plegado sin control exhaustivo- indicando que de no realizarse la sustitución del artículo debe hacerse a los 12 años, como máximo. 

La compresión en el contenedor, los efectos de la electricidad estática, el envejecimiento del tejido y la alteración de su tratamiento químico (que puede conllevar adherencia entre las diferentes capas textiles), entre otras cosas, ralentizan o bloquean la apertura comprometiendo la seguridad del usuario.

Por tanto es recomendable un mantenimiento regular que comporte la extracción del paracaídas de su contenedor en el arnés, la liberación del "sobre" o funda, una ventilación en atmósfera seca y sin exposición a rayos solares o fuentes de calor (mejor en suspensión) y un nuevo plegado previo a la reinstalación. 

Esta operación puede realizarse por los propios pilotos. Sin embargo hay muchos que no conocen el sistema de plegado idóneo o no confían en el resultado. 

La revisión debe realizarse siguiendo fielmente las especificaciones de los fabricantes. Estos garantizan el funcionamiento óptimo de sus artículos si son plegados como prescriben (que es la forma en que los elementos han sido certificados). Hacerlo de un modo diferente arroja un claro resultado: volar con paracaídas "no homologados".

Además, tras su plegado, los paracaídas deben ser introducidos en el "sobre" suministrado de serie para contar con  un equipo 100% fiable. Pero dado que varios modelos de arneses del mercado llevan su propio sistema de contenedor con sobre, se fuerza en cierta medida el incumplimiento de la recomendación del productor del paracaídas, lo que en algún caso podría mermar la seguridad. Por ello conviene no sumar compromisos realizando un plegado incorrecto o que difiera del preconizado por el diseñador.

La temporada de vuelo libre ya está aquí, y es importante hacerse la pregunta de si tu equipo está realmente a punto. En VOLAR EN COMPAÑÍA plegamos de modo profesional cualquier paracaídas del mercado. Puedes hacérnoslo llegar a nuestras instalaciones personalmente o enviarlo por un servicio de mensajería (consúltanos, estamos aquí para ayudarte).

Te ofrecemos servicio de plegado, de instalación en tu arnés y ambas modalidades, pues como decíamos con anterioridad hemos detectado que la mayoría de problemas de extracción se producen por una disposición incorrecta. Esa es la razón por la que, siempre que resulte posible, te invitamos a que nos hagas llegar paracaídas y silla al solicitar el plegado.

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Y recuerda: no excedas en ningún caso el plazo de 12 meses sin ventilar y plegar tu paracaídas. Pliégalo cada 6 siempre que te resulte posible y ten en mente su vida útil: es frecuente volar con paracaídas que ya están caducados bien porque ha transcurrido ese período o porque han sufrido algún desperfecto a lo largo de su tiempo de uso. Paracaídas que han caído al agua o son almacenados en trasteros húmedos que, al no secarse convenientemente, son atacados por moho; elementos que han sido comprimidos bajo una gran cantidad de material; tejidos que han sufrido fricción durante unas prácticas de extracción en tirolina; líneas dañadas casi imperceptiblemente tras un aterrizaje sobre un árbol, etc...

Las revisiones permiten detectar esos desperfectos y muchos más, además de servir para interrumpir el uso por haber superado la vida útil o para alertar de la proximidad de la fecha de jubilación. 

Siempre... ¡en nombre de la seguridad!
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